martes, 9 de abril de 2013

Gran Bretaña: La austeridad, la izquierda y la Asamblea Popular





Gran Bretaña: La austeridad, la izquierda y la Asamblea Popular


Chris Nineham · · · · ·



07/04/13




El próximo 22 de junio se reunirá en Londres la Asamblea Popular. Miles de personas que se oponen a los recortes de la Coalición gobernante acudirán para elaborar una estrategia para derrotar a las políticas de austeridad, y por ende, al gobierno. Esperar hasta las elecciones de 2015 no es una opción. Sería permitir daños irreparables. Y mucha gente, más allá de la izquierda radical, duda que un gobierno Miliband, sin una fuerte presión desde abajo, haga mucho por aliviar el sufrimiento causado por la austeridad colectiva.



Este proyecto de Asamblea Popular debe ser la prioridad número uno para los socialistas. A la izquierda se le puede reprochar que tras cinco años de una catastrófica crisis no haya logrado coordinar una respuesta a este gobierno de los ricos. Ahora tenemos la oportunidad, y debemos aprovecharla. La izquierda sólo será relevante si demuestra que puede transformar el mundo real, si puede proporcionar un poco de esperanza.



Pasar al ataque









Ha habido, por supuesto, una considerable oposición a los recortes. Los estudiantes fueron los primeros en entrar en acción contra las tasas universitarias a finales de 2010. Les siguieron los sindicalistas del sector público, que organizaron huelgas coordinadas y manifestaciones en defensa de las pensiones, en junio de 2011 y noviembre de 2011. Se han sucedido campañas monotemáticas o locales en defensa de los hospitales, las personas con discapacidad, y para mantener en funcionamiento las bibliotecas, las piscinas y los centros de día. Occupy y Reino Unido Sin Recortes han recogido y canalizado este estado de ánimo de resistencia. Los sindicatos (TUC) han convocado y celebrado dos manifestaciones de un tamaño sin precedentes desde las manifestaciones contra la guerra de 2003. Después de una pausa que duró gran parte del año pasado, la oposición a los planes del gobierno está aumentando de nuevo con manifestaciones en defensa de la sanidad pública (NHS), contra el impuesto “dormitorio”, y con una nueva ronda de huelgas convocadas por el sindicato de maestros y el sindicato de la administración pública y el comercio.



Una vez más, el gobierno no solo parece odioso, sino dividido. Los ministros han hecho concesiones en la reforma del NHS y el impuesto “dormitorio”. Hay rumores de un desafío al liderazgo de Cameron. Las encuestas han cambiado de manera decisiva contra la austeridad. La Coalición es claramente vulnerable y ahora es un buen momento para pasar a la ofensiva. Pero ese es nuestro problema central: hasta ahora no hemos sido capaces de organizar un movimiento capaz de un asalto frontal.



Lo local y lo nacional







Las campañas locales y las luchas sectoriales son esenciales. Atraen a la gente a la acción, crean nuevas redes y forjan nuevos militantes. Incluso las pequeñas victorias tienen un efecto multiplicador y permiten superar la sensación de impotencia de la gente. Pero la realidad es que las políticas de austeridad están siendo coordinadas a nivel nacional (y en cierta medida internacional) - no a nivel local.



Por muy errónea que sea, la austeridad no es un proyecto casual o una respuesta ad hoc a un problema temporal. El asalto al actual estado del bienestar, los salarios, las pensiones, y el NHS, no es sino una fase terminal de un proyecto de treinta años para romper el pacto social de posguerra y reequilibrar la sociedad a favor de los ricos. Tenemos que ser capaces de contrapesar esa coordinación nacional y los grandes objetivos de nuestros adversarios.



Las impresionantes movilizaciones locales muestran que la ira está ahí. Tenemos los argumentos, las mayorías y la autoridad moral, pero tenemos que convertir todo ello en un movimiento coordinado y nacional. Ello significa superar la fragmentación. La Asamblea Popular, el 22 de junio, está pensada para hacer precisamente eso. Fundamentalmente, ofrece la primera gran oportunidad que hemos tenido de reunir delegaciones importantes de trabajadores con los movimientos sociales.



Ya está despegando. Siete sindicatos nacionales, grupos de jubilados, Keep Our NHS Public, The People´s Charter, Discapacitados contra los Recortes, los sindicatos de estudiantes de todo el país y muchos, muchos más ya se han inscrito en la Asamblea y envían delegados. El objetivo debe ser tener representación de las campañas locales contra los recortes, federaciones y uniones sindicales, grupos comunitarios de todos los sectores de la sociedad que está sufriendo.



El ABC del frente único







Pero también tenemos que crear un movimiento que sea lo suficientemente importante como para atraer a la gente de la calle que están lejos de los activista pero que se revuelven contra el gobierno.



La razón es simple. Si no lo logramos, perderemos.



Esta es la razón por la que tenemos que cuestionar la cultura sectaria de adoptar decisiones por el movimiento que se ha vuelto tan frecuente. Los activistas de izquierda necesitan sin duda unirse en organizaciones socialistas para aclarar sus ideas y adoptar estrategias. Pero no llegaremos a la gran mayoría de la gente solo con propaganda y consignas, ni les acercaremos a las organizaciones socialistas.



El primer paso en la radicalización popular es la actividad de masas. La gente tiene todo tipo de ideas mezcladas en la cabeza cuando comienzan a cuestionar las cosas. Especialmente cuando la izquierda es todavía relativamente débil. Cualquier movimiento de resistencia que no una a los socialistas y radicales con otras personas que se consideran más convencionales no va a ninguna parte. A medida que el movimiento desarrolla diferentes enfoques, estos tienen que ser discutidos y probados; pero la cuestión fundamental en juego es la creación de un movimiento que acoja a las personas que nunca soñaron antes que estarían en las calles protestando.



Cualquier persona que se oponga a los recortes deberían estar dentro. Para conseguirlo, necesitamos el apoyo y la participación de las principales organizaciones, las más influyentes y las más representativas del movimiento - en particular los sindicatos. También necesitamos plataformas que expresen la política del movimiento - donde las personas se encuentran entre si - y no donde otros piensen como debe ser el movimiento. Necesitamos líderes sindicales, parlamentarios anti-austeridad, escritores y periodistas de alto perfil, así como los principales activistas y radicales, que hablen públicamente. Si se desea ampliar la base, también hay que ampliar por arriba. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que mientras millones de trabajadores de base apoyen a Tony Benn o Len McClusky, o incluso a Dave Prentis, estarán más dispuestos a movilizarse y actuar si la llamada proviene de ellos y no sólo de la extrema izquierda. Ese es el ABC del frente único.



Organizar la Izquierda







Se ha abierto el debate sobre la necesidad de un proyecto electoral de izquierdas. Es un objetivo importante. Es evidente la necesidad de algún tipo de formación de izquierdas capaz de desafiar a un Partido Laborista que ha fracasado a la hora de oponerse a las políticas de austeridad. Pero la experiencia, tanto aquí como en Europa, demuestra que el éxito del lanzamiento de un proyecto así normalmente depende de la existencia de condiciones favorables más generales. Die Linke en Alemania y el Front de Gauche en Francia fueron el resultado de la fusión de organizaciones radicales con importantes escisiones de organizaciones socialdemocrátas como el Partido Laborista. Ambos procesos involucraron a personalidades políticas importantes.



El otro factor que puede acelerar un reagrupamiento significativo de la izquierda es un resurgimiento de la lucha de masas. La coalición electoral Respect, lo más cercano que hemos tenido hasta ahora a un proyecto así, cobró su impulso gracias al masivo movimiento anti-guerra, así como la expulsión del diputado George Galloway, por oponerse a ella, del Partido Laborista.



La unidad de la izquierda que quiere luchar es más probable que se logre en la acción.



En una situación tan grave como la que nos encontramos, el renacimiento de la izquierda no será posible si no organizamos una resistencia efectiva. Hay una serie de cuestiones urgentes e inmediatas a las que se enfrenta la gente: ¿cómo podemos salvar el NHS? ¿Cómo podemos defender nuestros servicios de los recortes? ¿Cómo podemos proteger a las personas desesperadamente vulnerables de los estragos de los recortes? ¿Cómo, en fin, podemos frenar la ofensiva de una élite que quiere rediseñar toda nuestra sociedad?



Popular y radical







Entonces, ¿cuál es la estrategia? Eso es lo que tendrá que discutir la Asamblea y las reuniones previas a la misma. Sin embargo, dos cosas deben tenerse en cuenta si queremos de verdad ganar. Es evidente que necesitamos ser más militantes para ser eficaces, pero también que tenemos que ser más populares. En un período como el actual ser popular y radical es posible, pero lograrlo es un arte.



Cualquiera puede ser vitoreado en una habitación llena de activistas por defender esta o aquella consigna. Pero lo primero que hay que considerar y discutir es si la medida propuesta es realista, si va a aumentar la confianza, atraer nuevas personas al movimiento, si ayuda a mantener la unidad, etc….



Coordinar las huelgas contra la austeridad debe ser un objetivo central de este movimiento. Tenemos, sin embargo, que ser realistas sobre el estado de los sindicatos, sobre todo en el sector privado. La experiencia internacional reciente sugiere que es a través del desarrollo de un movimiento más amplio como las personas se sienten más decididas a ir a la huelga. Si la Asamblea Popular es capaz de juntar al movimiento obrero organizado y a los movimientos sociales, el siguiente paso podría ser hacer lo mismo en las calles: combinar acciones de protesta y huelga, un día que realmente pueda expresar la rabia que se está acumulando.



Cualquier acción que decidamos, será ya de otro orden, ya que habrá sido convocada por un organismo que reúne a la totalidad del movimiento. Se basará en la sinergia de los trabajadores y los estudiantes, con empleo o en paro, los artistas y las personas con discapacidad y todas las otras campañas y redes comprometidas a trabajar y luchar juntos. Y además de otros planes que se le ocurre, un objetivo central deberá ser convocar Asambleas Populares en cada pueblo y ciudad. Sería un gran paso adelante que permitiría la cooperación local y la planificación, pero también la coordinación nacional desde la base.



El próximo paso crucial hacia la unidad de la izquierda radical en este momento es reunir a todos aquellos que quieren luchar contra el gobierno, ya sea dentro o fuera del lugar de trabajo. Ello implica dedicarnos a la construcción de un movimiento real, con gente real y poniendo a prueba nuestras ideas - incluso (Dios no lo quiera), modificarlas - en una batalla real. Se abrirán así todo tipo de nuevas posibilidades. Podría suponer un cambio real en el mundo. Incluso podría hacer caer al gobierno. ¿Qué me dices?



Chris Nineham es un conocido activista social británico, fundador de Stop the War Coalition que organizó las masivas manifestaciones anti-guerra en 2003 en Gran Bretaña y de Globalize Resistance.



Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García





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