viernes, 22 de enero de 2010

Los primeros en ayudar

El apagón informativo sobre la ayuda cubana a Haití

Dave Lindorff




En los primeros días críticos tras el terremoto que azotó Haití sólo dos agencias de noticias estadounidenses informaron de la rápida respuesta cubana a la crisis. Una de ellas fue Fox News, que afirmó, erróneamente, que los cubanos estaban ausentes en la lista de países caribeños vecinos que habían prestado ayuda. El otro medio fue el Christian Science Monitor (una respetada agencia de noticias que cerró recientemente su edición impresa), que informó correctamente de que Cuba había enviado a 30 médicos a Haití.
The Christian Science Monitor, en un segundo artículo, citaba a Laurence Korb, ex subsecretario de Defensa y actualmente miembro del Center for American Progress, quien declaraba que los EE.UU., que lideran los esfuerzos de socorro en Haití, deberían «pensar en aprovechar los conocimientos de la vecina Cuba", que, señaló, "cuenta con algunos de los mejores médicos del mundo – deberíamos de tratar de aerotransportarlos a Haití”.

Por lo que respecta a los demás medios de comunicación de EE.UU., simplemente ignoraron a Cuba.

En realidad, omitieron informar de que Cuba ya contaba con casi 400 médicos, paramédicos y otro personal sanitario enviado a Haití para ayudar en el día a día de las necesidades sanitarias del país más pobre de las Américas, y que esos profesionales fueron los primeros en responder al desastre, levantando un hospital justo al lado del principal hospital de Puerto Príncipe, derribado por el terremoto, así como un segundo hospital de campaña en otra parte golpeada de la ciudad.


Lejos de "no hacer nada" tras el desastre, como afirmaban los propagandistas derechistas de Fox-TV, Cuba ha sido uno de los países que ha respondido de manera más eficaz y crucial a esta crisis, puesto que antes del terremoto ya había creado una infraestructura médica que fue capaz de movilizarse rápidamente para empezar a tratar a las víctimas inmediatamente.

Como era previsible, la respuesta de emergencia estadounidense se ha centrado principalmente, al menos en términos de personal y dinero, en el envío de la enormemente costosa e ineficiente maquinaria militar estadounidense -una flota de aviones y un portaaviones-, un factor que debe tenerse en cuenta al examinar la cifra de 100 millones de dólares que la Administración de Obama afirma haber destinado para ayuda de emergencia a Haití. Teniendo en cuenta que el coste de operar un portaaviones, incluida la tripulación, es aproximadamente de 2 millones de dólares al día, solamente el envío de una compañía a Puerto Príncipe durante dos semanas consumirá una cuarta parte de la anunciada ayuda estadounidense, y aunque muchos de los soldados enviados ciertamente trabajarán en ayudar, distribuyendo y custodiando suministros, la larga historia estadounidense de brutal control militar/colonial de Haití inevitablemente induce a temer que otros soldados se dedicarán a asegurar la supervivencia y control de la elite haitiana de políticos parásitos proestadounidenses.

Por otro lado, los EE.UU. han ignorado el día a día de la permanente crisis humanitaria de Haití, mientras que Cuba ha estado haciendo el trabajo de proporcionar atención sanitaria básica.

No es que fuera difícil encontrar a los cubanos en Puerto Príncipe. Democracy Now! disponía de un informe, igual que lo tenía la revista Noticias de Cuba con base en Washington. Lo que pasa es que contar a los estadounidenses las buenas acciones de un país pobre y orgullosamente comunista no es precisamente algo que los medios corporativos estadounidenses estén dispuestos a hacer.

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